ÉLDER DAVID E. SORENSEN
De la Presidencia de los Setenta
De la Presidencia de los Setenta
El perdonar significa que los problemas del pasado no marcarán más nuestro destino y podremos concentrarnos en el futuro con el amor de Dios en el corazón.
El presidente Brigham Young comparó el sentirse ofendido a la mordedura de una víbora. Dijo que “hay dos formas de actuar cuando a alguien lo muerde una serpiente de cascabel: una, perseguirla y matarla debido a la rabia, el miedo o la venganza; o tratar de sacar rápidamente el veneno del cuerpo”. Dijo: “Si hacemos lo último, lo más probable es que sobrevivamos, pero si decidimos hacer lo primero, es posible que no vivamos para terminar la tarea”
Permítanme ahora tomar un momento para recalcar que en primer lugar debemos asegurarnos de no causar mordeduras espirituales o emocionales a nuestra familia. En gran parte de la cultura popular actual, se menosprecian las virtudes del perdón y de la bondad, mientras que se fomenta la burla, la ira y la crítica severas. Si no tenemos cuidado, podríamos ser víctimas de esos hábitos en nuestro hogar y en nuestras familias, y al poco tiempo empezaremos a criticar a nuestro cónyuge, nuestros hijos y demás familiares. ¡No lastimemos con críticas egoístas a quienes más amamos! Dentro del seno familiar, las discusiones insignificantes y las críticas sin importancia, si no las detenemos, envenenarán las relaciones y se intensificarán hasta llegar al distanciamiento e incluso al maltrato y al divorcio. En vez de ello, al igual que el veneno ponzoñoso, debemos actuar rápidamente para disminuir las discusiones, eliminar las burlas, evitar la crítica y disipar el resentimiento y la ira. No podemos darnos el lujo de cavilar en esos sentimientos peligrosos, ni siquiera un día.
Permítanme ahora tomar un momento para recalcar que en primer lugar debemos asegurarnos de no causar mordeduras espirituales o emocionales a nuestra familia. En gran parte de la cultura popular actual, se menosprecian las virtudes del perdón y de la bondad, mientras que se fomenta la burla, la ira y la crítica severas. Si no tenemos cuidado, podríamos ser víctimas de esos hábitos en nuestro hogar y en nuestras familias, y al poco tiempo empezaremos a criticar a nuestro cónyuge, nuestros hijos y demás familiares. ¡No lastimemos con críticas egoístas a quienes más amamos! Dentro del seno familiar, las discusiones insignificantes y las críticas sin importancia, si no las detenemos, envenenarán las relaciones y se intensificarán hasta llegar al distanciamiento e incluso al maltrato y al divorcio. En vez de ello, al igual que el veneno ponzoñoso, debemos actuar rápidamente para disminuir las discusiones, eliminar las burlas, evitar la crítica y disipar el resentimiento y la ira. No podemos darnos el lujo de cavilar en esos sentimientos peligrosos, ni siquiera un día.
Para leer el articulo completo dale clic al título!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario