"El sacerdocio es para bendecir a otros: a hombres, a mujeres y a niños. Por medio de él, recibimos y administramos las ordenanzas del evangelio, que comprenden el bautismo, la confirmación, la Santa Cena, todas las ordenanzas del templo incluso los sellamientos por esta vida y por toda la eternidad, y la obra por los muertos; por medio del poder del sacerdocio, el enfermo se cura, el paralítico camina, el ciego ve y el sordo oye de acuerdo con la fe de quien reciba la bendición y con la voluntad de nuestro Padre Celestial. Las bendiciones inherentes a este poder consuelan al que sufre y levanta al caído" (Eldon Taner, El sacerdocio de Dios, Liahona Feb. 1974).
Los hombres y mujeres jóvenestienen motivo para regocijarse por la restauración del sacerdocio. Y nos regocijamos... porque el sacerdocio ha sido restaurado para bendecir a toda la familia humana, y su poder, cuando se ejerce en justicia, une al hombre y a la mujer, a hijos e hijas y alas familias. Si, tenemos motivo para regocijarnos todos juntos. Y el estar unidos en rectitud es la raíz del plan que nuestro Padre Celestial tiene para sus hijos e hijas; es un plan glorioso dle que todos formamos parte" (Together in Righteousness, New Era, junio 1986).
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