jueves, enero 31, 2008

Un prenoviazgo agradable. Segunda Parte.


La relación física

La relación física entre un hombre y una mujer puede ser maravillosa y buena y una hermosa bendición. Sin embargo, si la parte física del romance se produce a edad muy temprana o demasiado rápido en una relación, puede llegar a ser el factor dominante entre los dos, convirtiéndose en “la cola que menea el perro”. Las emociones físicas son

poderosas y emocionantes, y es así como debieran ser; pero es precisamente por eso que

deben circunscribirse a ciertos límites hasta después del matrimonio, momento en el que

se desarrollan otras partes fundamentales de la relación.

Hemos enseñado a nuestros hijos ciertos principios con la esperanza de que les hayan

servido de protección. Intentamos crear frases memorables que pudieran recordar fácilmente en los momentos de peligro y al tomar decisiones. Permítanme compartir cuatro principios que les protegerán, siempre y cuando los recuerden y se ciñan a ellos.

1. Eviten los peligros de la oscuridad.

Permanezcan en lugares bien iluminados, en sentido literal y figurado. Es prudente dejar las luces encendidas en la entrada de la casa, en la sala, en el baile. Hay seguridad en evitar aquellos lugares en los que se siente oscuridad de espíritu.

2. Cuídense del riesgo de la horizontalidad.

No se recuesten con ninguna persona con la que salgan; simplemente no lo hagan, ni para ver una película, leer un libro o descansar en un día de campo.

3. Recuerden los peligros de estar a solas.

Busquen sitios públicos para estar a solas. Aprendan a tener conversaciones íntimas en presencia de otras personas. El estar juntos donde se les pueda interrumpir con facilidad

proporciona gran seguridad.

4. La modestia es imperativa.

Todo lo relacionado con la apariencia, el vocabulario y la conducta debe denotar que ustedes son, literalmente, hijos e hijas del Padre Celestial. Si verdaderamente comprendemos la importancia que tiene el cuerpo en el plan de nuestro Padre Celestial, mostramos más respeto por él. Al actuar y vestirse con modestia, los demás les

tratarán con respeto.

Se protegerán a ustedes mismos si deciden estar con otras personas que también se esfuercen por tomar buenas decisiones. La persona con la que deseen compartir el resto de su vida sólo querrá lo mejor para ustedes. En Para lafortaleza de la juventud dice lo siguiente:

“Elige amistades que tengan los mismos valores que tú a fin de que puedan fortalecerse y animarse mutuamente a vivir normas elevadas. Un verdadero amigo o una verdadera

amiga te animará a comportarte de la mejor manera posible” (2001, pág. 12).

El Señor dispuso que fuésemos uno en todos los aspectos. La relación física en el matrimonio puede ayudar a consolidar nuestra unión espiritual. Estamos hechos el uno

para el otro. Nuestro modelo se halla en la primera historia de amor. El Señor dijo que no era bueno que Adán estuviera solo, por lo que creó a Eva para ser “ayuda idónea para él”

(Génesis 2:18). El significado de ese pasaje es que Eva fue creada para ser ayuda “idónea” para Adán. Idónea significa ideal o adecuada. Así que Eva fue ayuda “adecuada, digna o ideal para él” (Génesis 2:18,[Nota b al pie de la versión de la Biblia en inglés]). Después de eso, se enseñó a Adán que ambos debían unirse el uno al otro y “[ser] una sola carne” (Génesis 2:24). Aquí tenemos todos los elementos: primero ser idóneos el uno para el otro, y luego añadir la relación física después del matrimonio.

Sé lo que es tener ese tipo de amigo. Mi esposo, John, fue amable, considerado y romántico durante nuestro noviazgo. Después, incluso mientras estudiaba a tiempo completo, trabajaba jornada completa y teníamos tres hijos menores de cuatro años, siguió siendo amable, considerado y romántico conmigo. Ha demostrado esas cualidades al ayudarme con mis atareadas responsabilidades. Él bañaba a los niños cada noche, limpiaba el piso de la cocina y fue mi ventana al mundo, al mantenerme al día de lo que sucedía. Él proveyó para nosotros, me alentaba en mi papel de madre, apoyaba a los niños al asistir a obras de teatro, conciertos, eventos deportivos y en las redacciones que tenían que escribir. Me facilitó momentos de respiro a modo de paseos, salidas de fin de semana, visitas al templo o al llevarme consigo de vez en cuando durante sus viajes.

Cuando llego cansada a casa por la noche, él me prepara pan tostado con queso y otras delicias para que yo no tenga que cocinar. Él es mi musa y el editor de mis escritos y mis discursos. Ora por mí y me da bendiciones del sacerdocio. Él es ayuda idónea para mí en todos los aspectos.

Espero que cada uno de nosotros halle tal gozo en su vida mediante las relaciones que establezcamos con nuestras amistades, nuestra familia y nuestro Dios. Debemos recordar

que la verdadera amistad se edifica sobre virtudes cristianas, constituyendo así un firme cimiento sobre el que edificar el noviazgo. Por último, con mucho cuidado, la relación física intensificará esa santa amistad en el matrimonio. Testifico que estos principios son verdaderos. Ruego que hallemos gozo en la santa sociabilidad que el Señor nos ha brindado.

Adaptado de un discurso pronunciado en la

Universidad Brigham Young—Idaho el 18 de

noviembre de 2003

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